Sant Fructuós

Este proyecto nace del deseo de transformar una vivienda antigua, cerrada y compartimentada, en un lugar abierto y lleno de vida. El reto: convertir una distribución rígida y poco funcional en un espacio que fluya, donde la luz y la cotidianidad puedan circular sin barreras.

El punto de partida era claro: abrir la cocina en el salón y ampliar el baño. A partir de aquí, propusimos una solución sencilla pero potente —una sola pieza cerrada, el baño, que acontece el corazón del proyecto. Este volumen central, tratado con color y textura propia, articula el movimiento del resto de aposentos, creando una circulación suave y natural alrededor suyo.

El pasillo, lejos de ser solo una zona de , se convierte en un espacio multifuncional: un lugar que conecta, almacena y respira a la vez. La vivienda gana amplitud visual, coherencia y una nueva relación entre luz, materia y uso cotidiano.

A La Campana, todo gira alrededor de la sencillez funcional y del placer de habitar un espacio pensado para vivirlo —donde cada metro cuenta, cada línea tiene sentido y cada color acompaña la calma del día a día.